08

May

2022

Artículo

¡Feliz día, madre mype!

Del total de mujeres ocupadas, al 2020, el 72,5% trabajan en una micro o pequeña empresa cuya actividad se concentra en el sector servicios (alimentación, hospedaje, peluquerías) y comercio al por menor.

Por Brenda Silupú. 08 mayo, 2022.

La pandemia que estamos viviendo ha tenido un gran impacto en el emprendimiento femenino y en las mujeres empresarias porque les ha exigido combinar la carga familiar con la gestión empresarial. Estas mujeres han logrado adaptarse con éxito a las nuevas exigencias del mercado generadas por la pandemia; y, ahora, siguen demostrando que son fuertes y resistentes frente a la crisis y el caos que vive el mundo.

Foto: archivo UDEP.

A nivel mundial, las mujeres están realizando contribuciones significativas a la economía y la sociedad. Ellas administran alrededor de un tercio de las empresas establecidas que tienen mas de tres años de operación. La pandemia de la COVID-19 identificó fallas sistemáticas en la cadena de suministros de los negocios que perjudicó a todos los empresarios; sin embargo, muchas mujeres dedicadas a la actividad empresarial lograron sacar provecho del nuevo contexto.

En América Latina, por ejemplo, se registró una elevada actividad empresarial realizada por mujeres; pero, también se han registrado elevadas tasas de cierre de sus negocios en comparación con otras economías del mundo. De acuerdo con el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en el 2021, el emprendimiento femenino ha estado dirigido a buscar oportunidades para crear negocios de alto crecimiento, lo que ha servido de inspiración para que otras mujeres salgan de la pobreza. Por esta razón, se considera que el emprendimiento femenino es el eje central para la reactivación económica.

En el Perú, al 2021, los nuevos negocios que se han constituido (preferentemente) son los que brindan servicios de alimentación y hospedaje; y los que se han dado de baja pertenecen a los rubros de Construcción y Agricultura. Del total de negocios que recién han iniciado sus operaciones, el 55,7% son liderados por mujeres, de acuerdo con el informe Demografía Empresarial, del INEI.

A pesar del protagonismo que está teniendo la mujer en el sector empresarial, es lamentable reconocer que todavía existe una amplia brecha, por el trato desigual de las oportunidades que brinda el mercado a las mujeres. En el Perú, existe la misma cantidad de hombres y mujeres en términos de población; sin embargo, las mujeres, en promedio trabajan 9 horas con 15 minutos más (por semana) que los hombres; porque ellas, a pesar de desempeñar sus actividades laborales o empresariales, deben destinar tiempo al trabajo doméstico, lo que la caracteriza por desarrollar múltiples tareas.

Por otra parte, del total de mujeres ocupadas, al año 2020, el 72,5% trabajan en una micro o pequeña empresa cuya actividad se concentra en el sector servicios (alimentación, hospedaje, peluquerías) y comercio al por menor, que son negocios tradicionales que no exigen mayores habilidades empresariales ni mayor inversión. Muchos de estos negocios se caracterizan porque son de baja productividad en comparación con los que realizan los hombres; y, se estima que las mujeres ganan en promedio 21% menos que sus pares masculinos, de acuerdo con los datos publicados por el INEI en su libro Perú: “Brechas de género 2021”. A esta realidad, le sumamos su menor tasa de inclusión financiera, lo que limita su acceso a fuentes de financiamiento formal.

Las mujeres a menudo se enfrentan a diferentes restricciones que son mayores en zonas rurales donde las barreras culturales y las normas sociales juegan un rol importante en su desarrollo personal y profesional. Mas aún, estas restricciones se incrementan cuando existe carga familiar donde la responsabilidad del cuidado del hogar recae sobre la madre de familia. Al respecto, muchas madres emprendedoras, preocupadas por la mejora en el bienestar de sus hijos y su entorno familiar cercano, eligen su ocupación en base a ciertas habilidades que han desarrollado (autoeficacia), su competencia humana y su capacidad de gestión; y buscan desempeñarse laboralmente en nichos empresariales, altamente competitivos, especialmente en negocios tradicionales, que no son atractivos para los hombres. Sin embargo, puede existir una sociedad patriarcal, que limita a las mujeres a desempeñarse en actividades creativas, anulando su confianza y motivación de ser emprendedoras.

A pesar de todos los obstáculos que deben de enfrentar las mujeres madres empresarias, ellas han demostrado su gran capacidad de resiliencia para hacer frente a la crisis que estamos viviendo. Todo este empeño contribuirá a la reactivación económica y, el empoderamiento de las mujeres emprendedoras nos conducirá al desarrollo económico.

A ti, mujer madre empresaria, ¡feliz Día de la Madre!

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